
La protección radiológica en la salud tiene por objeto proteger de la radiación innecesaria al paciente, al médico, al técnico y al público. Para este fin divide a la población en tres categorías: pacientes, personal profesionalmente expuesto y población en general. En cada grupo se establecen diferentes niveles de irradiación teniendo en cuenta: el beneficio que se espera alcanzar por su utilización y, el detrimento del patrimonio genético de la especie humana.
En las instituciones de salud sean públicas o privadas la mayoría del profesional de la salud está expuesto a las radiaciones ionizantes durante su práctica profesional. Estas instituciones deben instaurar una vigilancia epidemiológica y dosimétrica de este personal, utilizando la dosimetría personal y llevando expedientes médicos relacionados con la protección radiológica.
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